viernes, 29 de mayo de 2009

¿ALGUIEN SE ACUERDA DE DIANA BAZÁN?


Ingresó a la Escuela de Oficiales de la FAP, el sueño de muchísimos jóvenes y cuyo acceso aún es discriminatorio, tanto por el costo como por los prejuicios. Pensó que al ingresar tendría al fin su vida encaminada. Nada de eso. Al interior fue violada por un teniente. La naturalidad del acto podría suponer que éstas son prácticas más o menos habituales. Diana Bazán denunció a su agresor, el teniente Jesús Américo Ferreyra Gala. Ante ello, y para evitar el escándalo, el teniente es dado de baja inmediatamente. Pero lo que le esperaría a Diana sería mucho peor. Para algunos oficiales, el caso no debió denunciarse jamás y debió tratarse internamente. El pecado de Diana fue haber acudido a las autoridades civiles. Pidió licencia mientras dure su recuperación, y cuando se reincorporó, la hostilizaron con el fin de hacerla renunciar. "Para muchos oficiales, ella no debe pertenecer a las Fuerzas Armadas (...) Si decide retornar, podrían maltratarla sicológicamente", decía la congresista Venegas. Efectivamente, la maltrataron tanto que intentó suicidarse en Setiembre pasado. Cuando le preguntaron al ministro de Defensa (gato gordo) sobre el hecho, se encogió de hombros y dijo "yo no soy su ángel de la guarda". El macho aflora ante el abuso de una mujer indefensa. Un poco más y le decía ¿qué habrá hecho pues, para que la violen? Mientras tanto, al interior de la escuela seguían sin dirigirle la palabra, haciéndola sentir traidora, sucia, indigna. ¿Curioso no? Y después se preguntan porqué tantas mujeres callan cuando sufren vejamenes. Los efectos sicológicos de asumir una denuncia llegan a ser más devastadores que el mismo trauma.

En Febrero volvió a intentar suicidarse, e inmediatamente se le abrió una investigación sumaria para declararla NO APTA. Y hoy, en un una noticia chiquitita en una esquina de un diario local, me encuentro con que ha sido dada de baja. Ese era el objetivo desde el principio, pero tenía la esperanza de que tuviera otro desenlace.

Lo consiguieron. La querían fuera por traidora y lo consiguieron. Al interior de la institución le provocaron un daño irreversible y ahora la echan para lavarse las manos. Arréglatelas como puedas. Partida de comechados, oletones y tapahuevadas. Disculpen la indignación.

En un mundo de hombres como el mundo castrense, peor aún, absurdamente jerarquizado, una denuncia como la de Diana es un chiste de putas contado en una tertulia entre chelas. Que le haya costado la baja a uno de aquellos chistositos, es algo que no se la podrían perdonar jamás.

Estamos jodidos.

jueves, 28 de mayo de 2009

APLÁUDANME: PUSE UN LADRILLO


La otra vez veía en televisión una extensa propaganda del gobierno regional, con música de Bocelli de fondo y que por su duración más parecía un documental mal logrado. En ella se veía a nuestro queridísimo presidente regional con los brazos abiertos, paseándose entre barriadas, saludando a todos. Parecía en campaña. Luego desfilaban imágenes de carteles enormes con su nombre completo, y en letras más pequeñas "presidente regional". Yo pensé: ¿tan mal estamos como país, que cuando un politicastro elegido hace un par de obritas (muchas de ellas inacabadas) debe celebrarlas como si nos estuviera haciendo un favor? como diciendo ¡ya ven, yo si cumplo mis promesas! como si el cumplimiento de una promesa política fuera una suerte bendita, un avis rara del firmamento que merece ser gritada a viva voce ¿Tan malos son nuestros políticos que cuando uno de ellos la chunta cumpliendo una promesa electoral nos la refriega en la cara, sabiéndose mejor que el resto?

Por otro lado: ¿por qué tiene que poner su nombre y rostro en cada asfaltado, empedrado, alcantarillado, carretera, trocha y demás en la que se haya dignado en gastar un par de soles provenientes del tesoro público? Si la lógica funcionara en el Perú, tendríamos que decir que lo hemos elegido para administrar nuestros fondos e invertirlos en infraestructura. Lo lógico es que lo haga como si fuera su labor, sin aspavientos y sin siquiera consignar su nombre, porque no es EL PRESIDENTE DEL GOBIERNO REGIONAL el que las hace, sino EL GOBIERNO REGIONAL, que es de todos y al cual él sólo REPRESENTA. Lo hemos elegido para que chambee, no para que nos diga cuánto se esfuerza chambeando. Eso no nos importa. Pero en este país de políticos nefastos cada quien se autopromociona como puede, y no duda en dispendiar el erario colocando cartelones personalísimos en los que se retrata a sí mismo como el salvador de la Región, un prohombre sin cuya decisión no se habría llevado a cabo ninguna de las obras que menciona. Resulta tan farsesco, que cuando vi aquel documental-propaganada-franelazo, me recordó a las épocas feudales en las que se colocaba bajo cada puente de amarras la inscripción: "por la gracia de su Majestad El Rey".

¿Cuánto habrán cobrado los señores chupines, perdón, los señores propietarios de medios de comunicación por difundir semejante bodrio?

Este es un mundo de locos, pensaba. Tal vez estoy exagerando y la política es así, y siempre ha sido así, cochina como avenida oscura. Pero hoy vi en Perú21 algo que me reconfortó un poco. La Comisión de Descentralización del Congreso aprobó una norma que prohibe a las Municipalidades el uso de recursos públicos para campañas personales: en otras palabras, prohibidos los nombres propios en los cartelones de obras. Usted ya no verá "Luchito Gonzales, Sí Cumple" ni "Anita Góngora, vino, prometió y lo hizo" ni nada de esas huachafadas propias de nuestra fauna política. Buena Noticia.

Lo malo es que por ahora operan para las Municipalidades, pero la misma Comisión pretende ampliarlas para el gobierno regional y el gobierno central. Decisiones que dejarían a nuestro alcalde y presidente regional (ambos con poco cabello) con los crespos hechos.

La pregunta de mes: ¿los gastos de publicidad del gobierno regional o de la municipalidad son congruentes con sus inversiones en obras públicas?

domingo, 3 de mayo de 2009

SICARIOS DEL VOLANTE


La otra vez estaba en el cruce de Ucayali con Arica, esperando a que haya un hueco para poder cruzar, cuando de pronto un par de enormes colectivos se aparecieron a toda velocidad, como si bajaran de una colina. Iban por Arica, cada uno tratando de sobrepasar al otro. El primero hizo un quiebre para adelantar un motocarro y por poco no arrolla a una peatona que esperaba en la vereda. El segundo, rezagado, frenó intempestivamente al encontrarse con un policía motorizado. Cruzó despacito la Ucayali, y cuando se aseguró que el tombo ya no lo veía, aceleró a toda marcha para recuperar el terreno perdido.

Parecían dos niños jugando con su triciclo. Sólo que este juego ponía en riesgo la vida de todos. Hacía menos de una semana que un chofer de colectivo había matado a un adolescente en la calle García Sanz y dejado grave a otro, y estos conchas no parecen aprender la lección. A veces pienso si serán seres humanos, animales con apariencia humana, o sicópatas enfermos. De otra forma no puedo entender cómo tienen tanto desprecio por la vida. Sólo cuando matan o dejan tirado a un peatón en la pista, viene la policía y los agarra, ahí recién ponen cara de cojudos arrepentidos, algunos hasta con ganas de llorar. Francamente patético. El servicio que estos choferes brindan es pésimo y son un dolor de cabeza para los otros vehículos porque paran en donde se les da la gana, y como la mayoría de pistas en Iquitos son angostas, detienen la circulación.

(Los peatones tambien son unos imprudentes porque levantan la mano para tomar el colectivo en cualquier parte, pero me ocuparé de ellos en otro post)

Lógicamente, los choferes se rigen por la triste ley de la oferta y la demanda: más pasajeros, más plata. Esta forma dehumanizada de tratar a nuestros semejantes ha dejado varios muertos en la ciudad. Para el empresario del transporte público no somos más que fichas de una tablero de ludo, y si te comen, te jodiste. Total, todo se arregla en la comisaría. ¿Y la prensa? La prensa informa un ratito no más, después se olvida. El concepto de las "noticias frescas" hace que estas cosas sean "periódico de ayer".

¿Acaso alguien sabe qué pasó con cada uno de los choferes que mataron gente en las calles sólo este año?

En mi opinión, la ley de la oferta y la demanda puede ser útil en otros ámbitos, pues enriquece el mercado de opciones y favorece al consumidor final, pero cuando se tratan de "servicios públicos", debemos hallar alguna forma de regulación. Estos animales al volante no tienen otra cosa que en qué pensar más que en llevar más plata a la casa, aunque tengan que ir matando por ahí y dejando hecho un caos el tráfico en la ciudad. Por eso sus empleadores deberían controlarlos mejor y asignarles un sueldo estable más alla del número de pasajeros que recojan. Controlarles el tiempo que demoran en llegar de un paradero a otro, ordenándoles que no pueden llegar en menos de tantos o cuántos minutos. Un monitoreo directo al chofer del colectivo arreglaría bastante las cosas.

Pero claro, los dueños de las unidades son tan perros como los choferes, y no estarían dispuestos a invertir un sol más por el bienestar de sus usuarios. "No, no, de ninguna manera, si ni siquiera hago para mi comida, la gasolina ta cara, los repuestos han subido, que se arreglen como puedan, yo sé que tengo buenos choferes" ya puedo escucharles decir con la cara de ofendidos.

¿Cuándo dejaremos de tirar para nuestro lado y empezar a actuar coordinadamente Autoridad-policía-empresario-chofer y usuario?

TOMEN CONSCIENCIA HIJOS DE... IQUITOS

sábado, 2 de mayo de 2009

viernes, 1 de mayo de 2009

ESCÚCHAME BIEN, HUEVONAZO


¿Te has dado cuenta que vivimos en una ciudad cochina? Es decir, Iquitos es muy bonito, es una ciudad cálida y llama la atención de los turistas pero...

¿Por qué puta tienes que botar tu basura en las calles?

Sí, sí, te hablo a ti cochinazo de mierda. Tú que estabas en el colectivo y que te empujabas una bolsa de cañas. Pagaría por no escuchar otra vez cómo regurgitabas y hacías otros ruidos extraños mientras con tu inmunda boca tratabas de sacarle todo el jugo a ese delicado fruto del bambú. Y luego con la uña del meñique te sacabas algún bagazo de entre tus muelas amarillentas. Y luego dijiste "ya mey llenado yáh!" y agarraste la bolsa con tus cañas espectoradas y la arrojaste a la pista sin siquiera mirar quién venía atrás. ¡Ni siquiera amarraste la bolsa! De modo que quedaron regadas por toda la calzada, haciéndose mermelada bajo las llantas de los carros y motos que pasaban. ¿Te habrás puesto a pensar, inmundo animal, que en otras partes esa conducta te valdría un arresto preventivo por comportamiento negligente?

Lo que más me dio asco fue ver tu cara de satisfacción y una total ausencia de culpa. Esos ojos porcinos que miraban con toda normalidad, ese descaro, esa desvergüenza...

Luego colocaste tu codo sobre la ventana y seguiste mirando el paisaje sub-urbano. Y cuando pasaste por la avenida La Marina y viste cómo las pescaderas botaban sus escamas al piso le dijiste a la gorda que estaba a tu costado "Qué cochina es la gente di?"

¿Es que llegaste tarde a la repartición de vergüenzas?

Tú eres sólo una muestra putrefacta de toda la falta de cultura cívica que aqueja a esta ciudad. Hay muchos otros que, de formas inverosímiles, son capaces de tratar a las calles como si fueran su chiquero. A ti y a los otros chanchos como tú les digo:

TOMA CONSCIENCIA, HIJO DE PUTA. LAS CALLES TAMBIÉN SON TU HOGAR. ES LA FACHADA Y PUERTA DE TU CIUDAD.

Ya me ocuparé de otros animales como tú. Por hoy sólo quiero dedicarte este cariñoso post, por una simple razón.

¡¡¡A mi me cayó esa bolsa de cañas chupadas, cabrón!!!